"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 13 de junio de 2017

ADOCTRINADOS CONTRA CUBA DESDE LA CUNA


Por Manuel E. Yepe


Siempre he pensado, dicho y escrito que, entre los visitantes extranjeros que llegan a Cuba, aquellos que más se impactan por bondades naturales y morales de Cuba son los estadounidenses.

Atribuyo este extraño fenómeno al hecho que, a partir de 1959, desde que nacen hasta la tumba, los estadounidenses han estado viendo, oyendo y leyendo propaganda contra la Isla.

Cuando pisan tierra cubana se sorprenden de muchas cosas que para los visitantes de otros países son conocidas: el vasto apoyo de la población a la revolución socialista; la alegría y felicidad con que participan los cubanos en la construcción social; la censura unánime al bloqueo económico y a la hostilidad que el gobierno de su país practica hacia Cuba. Todo ello contrastante con la acogida hospitalaria que Cuba ofrece a los visitantes estadounidenses, que es manifiestamente preferencial.

Me viene a la mente un artículo del conocido periodista William Blum, con motivo del fallecimiento del líder revolucionario Fidel Castro, en su columna Anti Empire Report que difunde la prensa alternativa norteamericana. Blum destacaba que el calificativo más frecuente que se leía en los medios de comunicación sobre la muerte de Fidel era el que lo señala como dictador. Casi cada párrafo de todo escrito sobre Cuba en los medios de comunicación estadounidenses desde la revolución de 1959 se refiere al gobierno de la Isla con el epíteto de dictadura.

Pero, ¿qué es lo que tiene y qué le falta a Cuba para ser una dictadura?, se pregunta Blum.

“¿Tener una prensa libre? Aparte de la cuestión de cuán libres son realmente los medios occidentales de comunicación, ¿cuál es la norma?

¿Qué pasaría si Cuba anuncia que de ahora en adelante cualquier persona en el país podría poseer cualquier tipo de medio de comunicación? ¿Cuánto tiempo tardaría el dinero de la CIA -secreto e ilimitado- en poseer y controlar todos los medios de comunicación en el país?

“¿Es acaso que Cuba carece de elecciones libres? Cuba tiene regularmente elecciones a nivel municipal, regional y nacional. No tienen elección directa del Presidente, pero tampoco Alemania o el Reino Unido y muchos otros países. El Presidente cubano es elegido por el Parlamento, la Asamblea nacional del Poder Popular. El dinero no juega papel alguno en estas elecciones; tampoco lo juega algún partido político, incluyendo al partido comunista cubano. Todos los candidatos se eligen y actúan a título individual.

“¿Cuál es el patrón por el que se juzga al sistema electoral cubano?”, pregunta Blum e ironiza: “¿Será porque no existen empresas privadas que puedan verter miles de millones de dólares en el proceso electoral? Es difícil imaginar una elección democrática y libre sin grandes concentraciones de dinero corporativo. O tal vez de lo que carece Cuba es de nuestro maravilloso sistema del colegio electoral que hace que el candidato presidencial con más votos no sea necesariamente el ganador”.

“¿Es acaso Cuba una dictadura porque se arrestan disidentes? Muchos miles de pacifistas y otros manifestantes han sido presos en Estados Unidos en los últimos años, como en cada período en la historia estadounidense. Durante el movimiento Occupy de hace cinco años, más de 7.000 personas fueron arrestados, golpeadas por la policía y maltratadas bajo custodia”.

Y Blum recuerda que Estados Unidos es al gobierno cubano lo que la organización terrorista al Qaeda es a Washington, sólo que mucho más potente y mucho más vecino. Prácticamente sin excepción, los disidentes cubanos son financiados por Estados Unidos. ¿Acaso Washington ignoraría un grupo de estadounidenses que reciba fondos de una organización terrorista que además se declare abiertamente enemigo suyo?

En años recientes Estados Unidos ha detenido a un gran número de personas en el país o en el extranjero por tener vínculos con organizaciones terroristas (llámense al Qaeda, Estado Islámico, Daesh, Isis o comoquiera que se identifiquen) teniendo mucha menos evidencia que la que el gobierno cubano presenta de los vínculos con Estados Unidos de los “disidentes” de Cuba.

Los supuestos presos políticos en Cuba son delincuentes probadamente controlados por un gobierno extranjero, un delito prescrito en las leyes cubanas y las de prácticamente todos los países del mundo, incluyendo las de Estados Unidos.

“Aunque haya quienes por ello califiquen al gobierno de Cuba como dictadura, yo lo llamo autodefensa, política de seguridad nacional”, subraya el periodista, escritor, crítico y activista político estadounidense, especializado en temas de terrorismo Bill Blum.

La hospitalidad cubana hacia los extranjeros es una cualidad ancestral explicada por muchos expertos como característica propia de los habitantes de islas, entre muchos otros factores geográficos e históricos. Pero en la actualidad todo indica que los cubanos están conscientes de que cualquier estadounidense que visite la isla en son de paz, de alguna manera está rechazando la política de aislamiento y hostilidad contra Cuba. Ello merece correspondencia.

La Habana, Junio 12 de 2017



Exclusivo para el diario POR ESTO! de Mérida, México.

Favorece Donald Trump a la Revolución cubana


Por Arthur González*


Parecería imposible creer que el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pudiera tomar decisiones que lejos de perjudicar favorecerán a la Revolución cubana.

Evidentemente Trump jamás ha puesto un clavo en la pared, si lo hubiera hecho, podría entender que mientras más golpes le diera, más fuerte, profundo y perdurable lo dejaría para soportar cualquier peso.

Eso mismo pasará con las medidas que debe anunciar el viernes 16/06/2017 en Miami, para quedar bien con la mafia terrorista anticubana.

A Cuba no se le puede apretar más de lo ya hecho Estados Unidos en los últimos 58 años, por tanto, la eliminación de algunas flexibilizaciones que realizó Barack Obama, con el propósito de minar desde adentro a la Revolución y erosionar el socialismo, les permitirán a algunos que se marearon con tales medidas, y hasta aplaudieron al Presidente por tomar “la dirección correcta”, comprender que con los yanquis no hay arreglo alguno.

Obama mantuvo intacta la guerra económica contra Cuba, e incluso fue el Presidente que más sanciones impuso a los que se atrevieron a comerciar con la Isla, aprobó los mayores presupuestos para las acciones subversivas, no eliminó la Radio ni la TV Martí, a pesar de que ni se escuchan ni se ve en el territorio cubano, no permitió el correo postal directo ni el uso del dólar, no obstante haberlo asegurado, y la base naval yanqui en Guantánamo, no fue nunca tema de discusión con La Habana.

La marcha atrás de algunas de las medidas tomadas por Obama en su cambio de estrategia, harán que el pueblo cubano entienda realmente que pretende Estados Unidos, sobre todo las nuevas generaciones de cubanos que ahora con más fuerza, seguirán protestando por esa criminal guerra económica que quiere asfixiarlos.

El apoyo de la mafia terrorista anticubana de Miami y sus asalariados en Cuba, esos que miran con buenos ojos la eliminación de algunas “flexibilizaciones”, harán que el pueblo los rechace aún más y comprenda quienes son y cómo desean ver a los cubanos que defienden su soberanía.

Con sus medidas, Donald Trump favorecerá la firmeza ideológica del pueblo cubano, el que tomará más conciencia y probablemente miren diferente a aquellos cubanos, que sin tener en cuenta lo que significa para Cuba la bandera norteamericana, andan vestidos con ella por calles y ciudades, olvidando la oprobiosa Enmienda Platt.

Ojalá Trump en su arrebato, también decida cerrar la estación local de la CIA en la Habana, como hiciera en 1961 el entonces presidente D. Eisenhower, así Cuba se libraría de muchas acciones de espionaje y subversión a la que está permanentemente sometida, con el incremento del personal “diplomático” y el equipamiento tecnológico introducido después del 17/12/2014.

Mas limitaciones y escaseces de las que han sufrido los cubanos desde 1960, serán muy difíciles de elevar y para aquellos ilusos que aseguran que la crisis de Venezuela será el fin del socialismo cubano, deberían recordar que augurios semejantes emitieron en 1989 cuando cayó el muro de Berlín y más tarde la URSS en 1991.

Parece que no acaban de comprender que los cubanos provienen de una estirpe mambisa, que sufrió el primer campo de concentración del mundo en aquella criminal concentración de Valeriano Weyler, que enfrentó sangrientas tiranías como la de Gerardo Machado y Fulgencio Batista, ambos ahijados de Washington, y que solo la Revolución socialista les entregó soberanía y dignidad.

Por eso, con calma y sapiencia los cubanos esperarán las medidas de Trump, con la convicción de que la única dirección correcta que pudiera tomar Estados Unidos, es eliminar la guerra económica, el apoyo y financiamiento a la subversión, el cierre de Radio y TV Martí, la devolución incondicional del territorio que ocupan en Guantánamo y dejar que Cuba marche por el camino que tomó, por voluntad propia, el 1ro de enero de 1959.

Recrudecer las acciones contra la Revolución fortalecerán la conciencia social y permitirá a los confundidos, saber quiénes son los imperialistas y sus aliados. Al final, sin pretenderlo, Trump le hará un favor al proceso revolucionario cubano, porque como aseguró José Martí:

“…ni actividad, ni espíritu de invención, ni artes de comercio, ni campos para la mente, ni ideas originales, ni amor a la libertad siquiera, ni capacidad para entenderla, tenemos que aprender de los Estados Unidos”.



* Cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Putin: “Gorbachov y su círculo no entendieron los cambios que requería la URSS”


Publicado en junio 13, 2017 INTERNACIONAL 


El secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y su equipo no supieron aplicar los cambios que precisaba la URSS, sostuvo el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una entrevista con el director de cine Oliver Stone y recogida en un documental emitido por la cadena Showtime.

“Hoy puedo afirmar con plena seguridad que ellos (el círculo de Gorbachov) no entendieron los cambios que hacían falta ni cómo conseguirlos”, dijo Putin que opina que el problema fue que el mismo sistema sobre el que pretendían hacer los cambios “no valía como tal”, por eso nadie supo cómo efectuar los cambios y permitieron la desintegración.

La Unión Soviética de hecho dejó de existir el 25 de diciembre de 1991, día en que el entonces presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, anunció su dimisión.

Tomó esta decisión después de que los líderes de las repúblicas de Rusia, Bielorrusia y Ucrania firmaran el 8 de diciembre un acuerdo en el que anunciaban que la Unión Soviética dejaba de existir y proclamaban la institución de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), documento conocido como el Tratado de Belavezha.

Lo cierto es que las repúblicas soviéticas ya empezaron a declarar la independencia un año antes, en 1990.

Con el fin de parar la desintegración del país, el 17 de marzo de 1991 se celebró un referendo en que el 76,4 por ciento de los votantes se pronunció a favor de conservar la URSS.

A partir de este resultado en verano de 1991 se elaboró un proyecto de tratado titulado “Sobre la unión de las repúblicas soberanas”, cuya firma se fijó para el 20 de agosto, pero no pudo celebrarse por la intentona golpista del 19 de agosto, conocida como el Golpe de Agosto.

Sputnik Novosti
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