"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 9 de noviembre de 2017

Trump, Marco Rubio y la migración cubana.

Por Ángel Guerra Cabrera

Desde su campaña presidencial Trump se dedica a crear un clima de odio racial, religioso y político dentro y fuera de Estados Unidos. Rompió con el Acuerdo de París sobre cambio climático y lo mismo hizo respecto a la UNESCO. Se negó a certificar el cumplimiento por Irán del acuerdo nuclear pese a que nadie objeta la observancia más estricta de sus términos por el país persa. Ahora viaja por Asia enfrascado en la venta de armas y caldeando con su misma presencia y palabras el peligrosísimo conflicto con Piongyang que podría solucionarse mediante el diálogo pero con las provocaciones trumpianas puede llevar a una guerra nuclear.

El agresivo grupo imperialista que representa Trump no está dispuesto a aceptar que ya Estados Unidos no puede ejercer la hegemonía casi en solitario como lo hizo después del derrumbe de la Unión Soviética ni admitir el hecho irreversible de la multipolaridad. No desea aceptar disensiones, mucho menos de países pequeños.

Por eso está desmantelando buena parte de las medidas distensivas de Obama respecto a Cuba a pesar de que el argumento principal que esgrimió su antecesor para llevarlas a cabo sigue vigente: que el bloqueo y la política de hostilidad no habían funcionadoI(para lograr el cambio de régimen). Como corolario, Obama propuso al Congreso levantar la medida genocida. No se había vuelto socialista. Expresó una idea compartida por la mayoría de los estadunidenses y de los cubanos residentes en Estados Unidos, que ha hecho suya gran parte del Establishment, como se aprecia en la lluvia de críticas de esta semana al anunciarse detalladamente las medidas anticubanas de Trump.

De la misma manera que Trump se desliga del acuerdo con Irán aunque este lo cumpla escrupulosamente, el Departamento de Estado expulsa a casi todo el personal de la embajada de Cuba sin explicar por qué más allá de vagas alusiones al ya insostenible embuste del ataque sónico. Sobre todo, deja sin personal apenas al consulado con el evidente propósito de obstaculizar los viajes a la isla de los estadunidenses y de los cubanos residentes en el país del norte. Como si fueran pocas las trabas a los viajes de los estadunidenses que ha ordenado y a los de los cubanos residentes en la isla, al forzarlos a trasladarse a terceros países para solicitar visa estadunidense.

No obstante las invectivas que dirigió a Marco Rubio durante la precampaña republicana a la presidencia, Trump se ha reconciliado con el senador y mantiene un romance con el envejecido núcleo duro de la contrarrevolución de Miami, un grupo minoritario en la comunidad cubana y muy lejano a los sentimientos de esta pero con poder económico y político en la Florida, enriquecido con la industria del anticastrismo. El magnate inmobiliario le ha entregado a Rubio y al representante Mario Díaz-Balart una cuota importante del diseño de la política hacia Cuba y Venezuela. Al parecer ambos legisladores se entienden directamente con el general McMaster -asesor de seguridad nacional y experto en contrainsurgencia- y con la CIA y el Comando Sur.

Pero mientras Washington obstaculiza la relación de los cubanos de ambas orillas, Cuba da más pasos para facilitarla en congruencia con la política de actualización migratoria iniciada el 14 de enero de 2013. Elimina trabas burocráticas, autoriza el ingreso de miles de migrantes que salieron irregularmente y que a partir del 1 de enero de 2018 podrán reunirse con sus familiares en Cuba. Decide otorgar el derecho a la ciudadanía cubana a los hijos nacidos en el exterior de cubanos residentes en otros países, un importante beneficio en el caso de Francia y Alemania, que no les permiten ser sus ciudadanos.

Desde 2013 han viajado al exterior más de 769 mil 254 cubanos, el 79% de ellos por primera vez. En lo que va de 2017, se ha alcanzado un 28 % de crecimiento en comparación con igual periodo del 2016.

En 2016, visitaron Cuba 428 mil cubanos residentes en el exterior, de ellos, 329 mil procedentes de Estados Unidos, mientras que en 2015 la visitaron 378 mil cubanos y 285 mil procedentes del vecino del norte. Se mantiene el incremento de los cubanos residentes en el exterior que deciden establecer su residencia permanente en Cuba.

La emigración irregular se ha reducido al mínimo desde que Washington eliminó la política conocida como de pies secos-pies mojados, lo que confirma la postura de La Habana que siempre la consideró causante de esa emigración peligrosa y caótica.

Twitter:@aguerraguerra

EE.UU. con reducida presencia oficial en cita sobre cambio climático

Publicado por: Redacción Tiempo21 9 noviembre, 2017 


Washington.- Estados Unidos tendrá una delegación oficial reducida y de menor rango en la 23 Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que prosigue hoy en la ciudad alemana de Bonn.

De acuerdo con reportes de prensa, a diferencia de ediciones anteriores esta vez no asistirán a la cita el secretario de Estado ni el administrador de la Agencia de Protección Ambiental.

La cifra de delegados estadounidenses, quienes estarán encabezados por Thomas Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, será de 48, menos de la mitad de los participantes en las reuniones anteriores de París y Marrakech, Marruecos, en 2015 y 2016.

Sin embargo, en la urbe germana estarán presentes autoridades a nivel de estado y locales como los gobernadores de California, Jerry Brown; Virginia, Terry McAuliffe; Oregón, Kate Brown; y Washington, Jay Inslee.

Asimismo, lo harán el exvicepresidente estadounidense Albert Gore y los senadores demócratas Ben Cardin, por Maryland, Jeff Merkley (Oregón) y Brian Schatz (Hawái).

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el pasado 1 de junio en la Casa Blanca el propósito de retirar a su país del Acuerdo de París sobre cambio climático.

Durante su alocución, el jede de Estado consideró que la participación en el mecanismo era el último ejemplo de cómo antes de su administración Washington entraba en tratados que ponían en desventaja a Estados Unidos y favorecían a otros territorios.

Según los cálculos del gobernante republicano, lo convenido en París “castigaría” a esta nación e instituiría “restricciones energéticas onerosas” que obstaculizarían el crecimiento económico, especialmente en las industrias manufactureras.

Afirmó que cumplir con las normas de emisión de gases de efecto invernadero les costaría cerca de tres billones (millones de millones) de dólares en pérdida del Producto Interno Bruto y 6,5 millones de empleos industriales. (Prensa Latina)

Y la revolución de “los de abajo” conmovió al mundo.

Por Thalía Fung, Doctora en Ciencias y Profesora de Mérito de la Universidad de La Habana

De Lenin se puede escribir en muchos campos; pero si en alguno posee especial vigencia es en la historia política contemporánea, en la teoría política, en particular, en la filosofía política y en la ciencia política. En esta última disciplina, su papel en el marxismo puede calificarse de fundacional. Develó los nuevos sujetos revolucionarios, los escenarios inesperados de las siguientes revoluciones socialistas, y desde muy temprano, descubrió el camino por el que necesariamente había de transitar la revolución en Rusia.

No obstante, no hubo una contradicción de principio entre Marx y Lenin, sino el análisis contextualizado de la sociedad eurocentrista y, en consecuencia, más simplificada, racional e instrumental por ser núcleo de la revolución industrial, y la compleja sociedad euroasiática rusa en la cual su estructura clasista ofrecía un predominio de los grupos campesinos y se enmascaraba el incremento de la penetración de las relaciones capitalistas que inclusive transformaba a una parte considerable del campesinado en semiproletario.

Lenin valoró justamente al campesinado pobre como un sujeto revolucionario, y lo sorprendió el comportamiento de los campesinos medios en la Revolución de Octubre quienes probaron que también había que contar con ellos, con lo cual se mundializó la posibilidad de la revolución por cuanto la propia modernidad de la revolución política burguesa demandaba la existencia de su contrapartida, los países suministradores de materias primas y, en consecuencia, oprimidos por los más desarrollados, con lo cual la consigna de Marx sobre la unidad de los proletarios se cambió por la de “pueblos oprimidos, uníos”.

El tratamiento de la conciencia de clase había sido un asunto de la mayor importancia para los marxistas; el propio Marx consideraba que la clase solo poseía dicha condición cuando actuaba como partido político, y alrededor de dicha cuestión diferían Rosa Luxemburgo y Vladimir Ilich Lenin, discrepancia que valoramos como de certidumbre en distintos niveles. Rosa se expresaba en términos filosóficos, más próximos al pensamiento de Marx, y Lenin actuaba como un cientista de la política, al plantear que había que importar la conciencia de clase a la clase obrera. Por supuesto, que Lenin se refería a la estrategia y las tácticas políticas que solo podían ser elaboradas por un grupo profesional de la clase, aquel constituido por el partido. Con Lenin, se fundamenta la necesidad del partido o grupo que dirigiera inteligentemente el comportamiento de los revolucionarios y que, en Rusia, asumieron el nombre de bolcheviques por representar la mayoría de los participantes en el II Congreso de los socialdemócratas rusos.

La flexibilidad y la concreción táctica de Lenin se pusieron de manifiesto en la revolución burguesa de 1905, en la cual conminó a la participación de los obreros que no sentían sus objetivos como propios; pero Lenin partía del criterio de que solo se aprende a luchar en la lucha. Cuando se proclama la Duma, los bolcheviques participaron —aún en contra del criterio de la socialdemocracia europea— porque Lenin adujo que debían ingresar en dicho Parlamento, inclusive para expresar en su seno, que aquel no servía. Cuando años después, se votaron los créditos de la I Guerra Mundial, los bolcheviques y los serbios fueron los únicos socialdemócratas que se manifestaron en contra.

Los bolcheviques demostraban un conocimiento profundo de la situación internacional; pero en la toma de decisiones, solo Lenin pudo enfrentar la crisis que provocó la paz de Brest- Litovsk en los revolucionarios, y probar por qué constituía la única toma de decisión posible. Más tarde, al asumir la Nueva Política Económica (NEP), recibió múltiples críticas; pero la NEP era imprescindible para salvar la Revolución, y aunque inaceptable para la prédica de muchos dirigentes socialdemócratas, también bolcheviques, hay que recordar que ante la ofensiva de la Entente y la contrarrevolución interna, la situación había alcanzado tal grado que aún en 1928 había muertos por hambre en las calles. Inclusive, en sus tácticas concernientes al tratamiento concreto de cada problema, Lenin no rechazó los compromisos en aras de la defensa del proceso revolucionario y su objetividad analítica lo hizo valorar que dado el avance tecnológico de Alemania si la revolución se producía en dicho país, Rusia dejaría de encabezar el movimiento revolucionario.

Trabajó sin descanso en aras de defender la unidad del partido como vanguardia del proceso revolucionario y aunque difería de los criterios de algunos de sus miembros, siempre evaluó sus posibles aportes, ya que, según decía, en las revoluciones, aún los esquiroles pueden prestar servicio.

Con la I Internacional, las ideas de Marx se extienden y trascienden a los centros europeos, podría calificarse a dicha organización como la primera de la sociedad civil internacional que porta las ideas de los obreros. En América, encuentra asiento principalmente en Estados Unidos y en los grandes países del Cono Sur; pero el terremoto ideológico que significó la Revolución de Octubre, la cual estrenó la bipolaridad histórico-social a nivel mundial, no solo acentuó la formación de partidos comunistas en países con un mayor grado de organización, sino, muy temprano, aquellos cubanos que habían celebrado el 1º de Mayo, aún bajo el dominio colonial, encontraron fieles dirigentes en el comunista fundador del Partido Revolucionario Cubano, Carlos Baliño, y en aquel bravo universitario que buscó la unión de los estudiantes y los trabajadores y conquistó a la juventud, el amado Julio Antonio Mella.

Lenin había previsto que con la Revolución de Octubre se rompía la cadena imperialista por su eslabón más débil, aquel que portaba el mayor número de contradicciones; pero ello era solo el comienzo. A través de la III Internacional, Lenin expuso su análisis de los avances de los procesos revolucionarios y señaló en cuál dirección se movería la revolución socialista que indudablemente, para él, iría hacia el este. Su predicción científica se cumplió en las revoluciones de los países asiáticos, encabezadas por Mao Tse Tung, Ho Chi Minh, Kim Il Sung.

Pero, de modo impensado, pocos años después, en una isla del Caribe, que se emancipó de su metrópoli en el tránsito del siglo XIX al siglo XX, bajo la concepción unitaria y latinoamericanista de José Martí, un joven abogado logró la hazaña de política científica de probar a su pueblo que solo podría liberarse del tirano y cumplir su destino americano con una revolución de los oprimidos, y con dicha convicción convocó a la revolución socialista que transitó desde el este hacia un sur-oeste lo cual requería de una lucha en frentes ideológicos varios, y con sujetos diversos, en función de lo cual trabajó por la unidad de los revolucionarios, campesinos, obreros, estudiantes, y otros grupos sociales en la ciudad y en el campo, los cuales integraban un pueblo que había sido oprimido por siglos. Se enfrentaba entonces, como Lenin, al más grande reto histórico: crear la propia base económica de la revolución.

Como no puede tratarse a la Revolución de Octubre sin la conducción de Lenin, tampoco puede concebirse la Revolución Cubana, sin la estrategia y tácticas de Fidel Castro. En la isla donde se unen y se separan el Golfo de México y el mar Caribe o mar de las Antillas, también se encuentran y se debaten en apoyo y contradicción las ideas de la Revolución de Octubre y el sueño americano de Martí.

Según sentenciaba Mayakovski, aún la historia de Lenin está por escribir, y sucede lo mismo con el análisis teórico del sentido de Fidel para la América nuestra. Fidel hizo suyas las ideas que se habían naturalizado en el continente asiático y las trajo al suelo nutricio de la América nuestra, sureña, plural, coexistente, que había luchado por los sueños emancipadores de Bolívar, Sucre, San Martín, Juárez, Martí. En Cuba confraternizaron la Revolución de Octubre y la Revolución Cubana: Lenin y Fidel Castro. No se conocieron; pero ambos se plantearon idénticos objetivos: luchar por una revolución verdadera.&

Publicado el 5 noviembre, 2017 • 20:08 por Redacción Nacional del Periódico Trabajadores.

Centro de Investigaciones de Política Internacional

Nota informativa del Diario Granma

Atendiendo a errores cometidos en el cumplimiento de sus responsabilidades, la Dirección del Partido decidió liberar como director del periódico Granma al compañero Pelayo Terry Cuervo


9 de noviembre de 2017 00:11:55

Atendiendo a errores cometidos en el cumplimiento de sus responsabilidades, la Dirección del Partido decidió liberar como director del periódico Granma al compañero Pelayo Terry Cuervo.

Hasta tanto se designe al nuevo director, asume estas funciones, desde su cargo, el actual subdirector Oscar Sánchez Serra.
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